jueves, 9 de septiembre de 2010

Mujeres asesinas

¿Por qué será que cuando dos mujeres nos juntamos siempre hay alguien para sacarle el cuero? Entre sanguchito y sanguchito hay una masacre de amigas, compañeras, cuñadas, suegras, vecinas, tías, primas, dentistas, pediatras, viejas de los kioscos y cualquiera que ande dando vueltas.
Es algo totalmente inevitable e involuntario, pero a su vez necesario.
Si engaña al marido, si se viste mal, si tiene el pelo sucio, si no se tiñó las canas, si comió de más en el almuerzo. Todo es válido. Cualquier error, por más mínimo que sea sirve para tirotearla a quema ropa.
¿En qué grupo seré la pobre mina a la que descuartizan viva?
Nunca me enteré si alguien habló mal de mi, pero me gustaría saber qué es lo que me critican. Seguro dicen “es una negra cumbiera” o “¿viste que hace un curso de Bonsai? Jajaja. Sería muy divertido poder escuchar esas conversaciones.
Confieso que no soy una santa pero trato de no matar a nadie ( no la mato pero la dejo agonizando) soy la típica que después le da culpa.
Las mujeres somos terribles, pero hay hombres que son Doña Rosa en persona. Son asquerosamente chusmas y criticadores, pero lo ocultan y muy bien.
He presenciado algunas charlas de hombres criticadores y realmente meten miedo.

Como dice aquel viejo refrán: “Quién esté libre de pecados que arroje la primera piedra”.

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