lunes, 27 de septiembre de 2010

Amas de casa eran las de antes

El fin de semana mis padres, con motivo de sus 25 años de casados, se fueron a Entre Ríos. Quedé a cargo de mis hermanos y todo lo que ello trae aparejado, que no es poco.
Lavar, pensar qué comer, colgar la ropa, descolgar la ropa, alimentar perros y hermanos, mantener el orden, la paz y no tener miedo a la noche.
El sábado temprano ordené la casa, lavé los platos, hice un bizcochuelo, alimenté animales y pasé la tarde con dos amigas. A la nochecita vinieron otras amigas y salimos. El domingo a la mañana ordené, lavé los platos, colgué la ropa, hice nachos y cociné. Terminé muerta, fundida cual fitito en verano.
Es ahí (y cuando te vas a vivir sola) que te das cuenta de lo dependiente que sos de tu madre. Sin ir más lejos, una de las chicas que se fue a vivir sola no hace más de un mes, hizo su primer lavado en el lavarropas sin jabón en polvo. Buenísimo.
Cuando mi familia se fue de vacaciones y me quedé cuidando la casa, la perra no comió como por 5 días. Yo la veía que me miraba raro, hasta que me di cuenta de porqué era (igual le robaba comida a los otros perros, no es que se murió de hambre). En otra oportunidad me olvidé la ropa en el lavarropas unos 3 días, cuando fui a lavar más ropa me encontré con seres vivientes semi putrefactos viviendo en el electrodoméstico.
Por suerte no hubo emergencias (mamá me dejó arriba de la mesa los carnets de la obra social de mis hermanos) graves más que la quemadura de algún que otro repasador y no darle de comer a los peces desde el viernes.

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