martes, 28 de septiembre de 2010

Mentiras piadosas

A uno de los muchachos de la agencia, cuando era chico, no lo dejaban meterse a la pileta después de comer porque el agua te corta la digestión y te morís (Es directo. Tocás el agua y te quedás seco).
La realidad es que los padres que les decían eso a sus hijos, lo hacían para asustarlos mientras ellos se dormían una siesta luego de la sobremesa.
Otra mentira popular es la mezcla mortal de sandía con vino. La sandía es lo más sano que vi y el vino es la sangre de cristo, cosa que no debería ser mortal. Es como cruzar a Lassie y a Heidi. Andá a saber de dónde salió esa teoría, pero es tan pesada que no conozco a nadie que haya desafiado a la muerte.
Mi papá un día nos dijo que si tocábamos la mica de la ventanita de la puerta de la salamandra y nos tocábamos los ojos nos quedábamos ciegos. Fue el trauma del invierno por muchos años. Hace poco (realmente poco) alguien me dijo que era mentira. Lo primero que le dije a esa persona fue, mirá si mi papá nos va a mentir con eso. Pasaron dos minutos y me dije a mi misma mirá si papá va a poner algo en la salamandra si sabe que nos puede pasar algo.
Son esas mentiras que no dañan a nadie pero ayudan a que no nos mandemos cagadas o nos dan tranquilidad. Tu mamá no te iba a decir a los 5 años que tu perro murió víctima de un camión en la ruta. En lugar de eso te decía que se fue con su familia o encontró una novia.

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