viernes, 15 de junio de 2012

La asesina que todas llevamos dentro

El período femenino es un tema recurrente en este blog, puesto que la que escribe es (o intenta ser) de sexo femenino.
"Esos días", como nos encanta llamarlos, depiertan en mi un instinto asesino descomunal.
Ayer viajaba en bondi y tuve el deseo de asesinar (con el cutter que tengo en la cartera) a la madre de una pobre niñita que ya estaba aburrida de viajar. ¿Qué culpa tiene una nena de 4 años de que el viaje en bondi sea tedioso e interminable?.
Otra situación se dio cuando fui al after de salsa y bachata (tema interesante para otro post) cuando a los 5 minutos de haber llegado un señor super amable me saca a bailar. Le pedí si me daba un ratito más porque recién había llegado y necesitaba aclimatarme. Pasó la situación y luego empezó a decirme que las mujeres que frecuentemente dicen que no son puestas en la lista negra y después nadie las saca a bailar. ¡¡¡Dios mio, te pedí 5 minutos no te dije que no quiero bailar con vos nunca más en mi vida!!!. Ahí me contuve de ir a buscar el cutter a la cartera y lo dejé pasar con una de mis sonrisaas falsas.

¿Hay que avisar que estamos con Andy para que las personas en general y los hombres en particular sean un poco más cautos?, ¿o soy yo que como la paso tan mal todo me molesta?

Ya no me acuerdo por qué tengo un cutter en la cartera, pero creo que sería mejor sacarlo de ahí cada 28 días, por las dudas vio.


lunes, 11 de junio de 2012

Arte, Arte, Arte

La imaginación de los chicos no tiene límites.
Algunos mantenemos parte de esa imaginación y la aprovechamos para crear cosas y otros dejan que se atrofie.
De chica jugaba a la maestra y a la secretaria (entre otras cosas). Cuando era maestra me armaba una clase con sillas y peluches. Desarrollaba ejercicios, ponía notas y hasta retaba a mis alumnos. Tenía un pizarrón, un guardapolvos y varios libros viejos que me daban mi tía o mi abuela (ambas maestras).
Cuando era secretaria me armaba una mesa con agenda, teléfono, lapiceras y credenciales viejas de obra social. Daba turnos, chequeaba direcciones. Anotaba todo en mi notebook de alta generación fabricada con una caja de ravioles. Si, caja de ravioles. Lo bueno es que no había Facebook y nada me distraía a la hora de tomar turnos.
Uno de mis programas favoritos era El inspector Gadget. Por supuesto jugaba a ser Penny (la sobrina), la cual tenía un cuaderno computadora muy copado, que también fabriqué caseramente.
Otras invenciones de mi autoría:
- Cascadas en el jardín
- Cuentos varios
- Compartimientos secretos en cuadernos viejos
- Producciones radiales complejas
- Muebles para casitas de árbol a las cuales no me podía subir


Parte de esa imaginación y creatividad compulsiva fue impulsada por Art Attack, programa que hoy veo si lo encuentro haciendo zapping y otra parte es innata o heredada, supongo.
Cada capítulo me dejaba algo que quería intentar. Muchas cosas funcionaban y quedaban buenas, pero muchas otras pasaron a ser huéspedes permanentes del tacho de basura a los 5 minutos de “terminarlas”.
Los trabajos descartados eran producto de la ansiedad de querer terminar todo en ese momento, sin entender que algunas cosas tenían que llevar 2 ó 3 días de producción, es casi como arrebatar un asado. Es el día de hoy que me sigue pasando (¿Psicólogo?).


Proyectos en vista:
- Especiero con frasquitos de vidrio de diferentes niveles
- Acuaterrario para mi tortuga de agua (comprada de manera legal)
- Álbum con fotos de las vacaciones
- Video para el día del amigo parte 2

Espero que se puedan terminar en un solo día!!!!!


viernes, 8 de junio de 2012

La novela de la tarde

Mi mamá no dejó que viera la primera temporada de Chiquititas. Decía que la historia era irreal y cruel. Claramente eso generó una aislación en conversaciones y juegos por parte de mis compañeras de colegio quienes SI veían el bendito programa. Supongo que después de romper demasiado logré convencer a mi madre y pude ver la segunda temporada y las que le siguieron y de a poco fui integrada en el mundo social. No me voy a olvidar nunca cuando una tarde papá llegó a casa y encontró a mi hermano Facundo viendo Luz Clarita. Antes de desheredarlo, le dio un sermón sobre que los hombres no pueden ver novelas mientras le pegaba en la espalda con un látigo prendido fuego y le hacía repetir "Soy macho, no veré Luz Clarita". Obviamente al otro día continuó viendo su novela favorita a escondidas. A una amiga no la dejaban ver Amigovios, novela que definía drásticamente tu vida social. No veías Amigovios, no eras digno de formar ningún grupo escolar. Por lo tanto esta chica quedó recluída a una vida en perpetua soledad, sin amigos ni novio, por supuesto. Otra novela que no voy a olvidar es Cebollitas. Se filmaba a dos cuadras de casa en el club 25 de Mayo (el club, 25 de mayo tu club)y con Facundo, todo marcado por los latigazos, ibamos a ver las filmaciones por todo el barrio durante horas. No me acuerdo que día de la semana, creo que era los lunes, con Facundo ibamos a la noche a la casa de mis tíos a ver Grande Pa. Era el plan más esperado por ambos. Cenábamos con los tíos y mirábamos los 4 la novela en la cama. Cuando terminaba mirábamos un capítulo de Ren & Stimpy. Por lo visto de chica fui abosolutamente novelera. María la del barrio la vi 3 veces de principio a fin, ni hablar de Esmeralda (la chica ciega), Marimar y Pasión de Gavilanes.