viernes, 11 de febrero de 2011

Con instinto animal

Ayer fuimos con amigas a Darwin, un alter office que organiza el hipódromo de San Isidro. Muy top.
En el medio de la incomodidad que sentíamos al estar vestidas como pordioseras (comparadas con el resto de la banda femenina) se nos acerca a hablar un muchacho. Este espécimen, se presentó como “El Macho Alfa”, sin nombre, macho alfa a secas. Obviamente no pude resistir la tentación de escuchar sus palabras y delirarlo en cada frase.
Para nuestra sorpresa no era solo él macho alfa, sino que sus 3 amigos también lo eran. Según ellos se nace macho alfa y las mujeres se sienten atraídas hacia ellos por el olor de que emanan sus feromonas. Por Dios. Eran 3 gomas que leen revistas de autoayuda en el baño.
Informándome un poco más sobre qué es ser un macho alfa (humanamente hablando) me encuentro con un sitio que se llama, y copio textual, “Ser un macho alfa”.
En ese sitio se les dan consejos a los hombres sobre cómo seducir mujeres. Uno asegura tener la fórmula del éxito y la comparte con el resto.
Uno de los artículos que más me llamó la atención es el que se llama “¡Pasa a ser un Macho Alfa!. Hablando como si fuera un comercial de autoayuda, enfatizan en que ser un macho alfa es solo cuestión de actitud.
Pero, ¿a las mujeres nos gusta el macho alfa?. Creo que solo sirven para divertirse un rato, no para entablar una relación y hasta dudo de poder entablar una conversación normal si te toca uno como alguno de los 3 aparatos de ayer. A parte creen que son más de lo que en verdad son. Machos alfa, son un fiasco.
La conversación con el macho alfa del hipódromo terminó cuando nos dice “Chicas me voy a dar una vuelta, no quiere decir que les esté cortando los pelos, voy a volver y bailamos”. ¿Bailamos? Por Dios macho alfa.

Características del macho alfa según algunas páginas de Internet:
-Frecuentemente es el líder del grupo en el que esté
-No compra tragos
-No es celoso
-Guía a las mujeres
-Sabe dominar la situación
-No es sumiso
-No buscan mujeres, ellas van a el

Chicas, si ven en algún hombre estas características, corran para el otro lado, se enfrentaron con un macho alfa. Y si viene uno y se presenta como tal, aprovechen la situación para delirarlo un rato.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Recicladora Urbana

Que lindo que es encontrarse cosas en la calle.
Encontrar moneditas, billetes, alguna ropa, cualquier cosa.
Debo reconocer que he metido la mano en agua de la calle por 5 centavos. No es la gran fortuna pero no los voy a dejar ahí.
Una vez me encontré un sweatercito marrón escote en V, precioso, lo usé mucho tiempo hasta que se me perdió en el cine.
Muchas viejas dicen que las cosas que encontrás después las perdés. Creo que tiene algo de lógica, son como cosas que quedan en el limbo para que la gente las encuentre y las pierda, formando un círculo vicioso.
Sin embargo, una cosa es encontrar de casualidad y otra es ir mirando qué es lo que podés llegar a levantar o cirujear de la calle. Personalmente soy de esas personas que tienen los ojos bien abiertos todo el tiempo y se me van los ojos cuando veo un volquete o una pila de basura en la calle.
He levantado de la calle una caja de madera divina que la pinté y quedó genial, una pileta de lavadero que después hice estanque, una lata en la que guardo porquerías, juguetitos varios, etc.
Al principio de mi relación con Cris no le copaba nada, es más me dejaba sola revolviendo la basura. Ahora por lo menos me espera.
Así como yo he encontrado también he perdido cosas buenas. Una vez perdí un saquito que amaba. Cuando me di cuenta ya estaba arriba del Bondi camino a casa. Lo hice volver a Cris por el mismo camino para ver si estaba, pero no lo vio (o no pasó nunca y me re chamulló). El sweater que perdí en el cine lo fui a buscar cuando terminó la película y nunca apareció, alguien se lo llevó y si lee el blog le debo informar que yo también me lo encontré, no era usado, era recontra usado.
Encontrar o cirujear cosas son regalos que nos da la vida. Es como encontrar plata en el bolsillo del pantalón. Te da alegría aunque después dure poco o se vaya rápido.
El que dice que nunca levantó nada de la calle, miente.

martes, 8 de febrero de 2011

Registro Nacional de las Personas

¿En qué piensan algunos padres cuando les ponen el nombre a sus hijos?
No entiendo a esa gente que se quiere hacer la innovadora o fashion y le ponen a las pobres criaturas nombres que no pegan o que pegan demasiado o que son realmente estúpidos.
Un compañero de colegio de mi hermano (y esto es real) se llama Tomás Leche.
¡¡¡¡¡Si ya sabés que tu apellido es LECHE, ¿para qué le ponés a tu hijo de nombre TOMAS?!!!!! Ponele Carlos o Ramón, pero NO Tomás.
Una vez tuve que llamar en el call center a una señora que se llamaba Concha Rosa. Pobre mujer.
Ese es el caso de los nombres que pegan demasiado.
En el polo opuesto están los que no pegan ni con moco. Por ejemplo, Kevin González, Brian Pérez. Si ponés esos nombres asegurate de que el apellido sea Mc Andrews o Schifield, no Peréz. Ojo, esto no es para subestimar ningún nombre o apellido.

Googleando me encontré con:
•Antonio Bragueta Suelta
•Sandalio Botín Descalzo
•Román Calavera Calva
•Alberto Comino Grande
•Pascual Conejo Enamorado
•Feo Lindo Méndez
•Michael Jackson Quiñónez Cabezas
•Dolores Fuertes

Ni hablar de los vivos que quieren honrar a sus ídolos y le ponen Mara Dona, Diossss.
Hay niños registrados en diferentes países con nombres tales como:
•Chevy
•Sancho
•Brindis
•Bono
•Yahoo
•Árbol
•Pichu Pichu
•Lexotanil
•Súperman
•Makgiver
•Madinusa (Made in usa)

¿No se dieron cuenta todavía de que esas personas van a tener que cargar llamándose Lexotanil o árbol el resto de sus vidas?
Hay un caso de una pareja que le iba a poner a su hijo el nombre del santo del día. Miraron el calendario del día y vieron que coincidía con el final de la feria judicial y, confirmado por el Director del Registro Civil, ese niño fue llamado "Abránse Los Tribunales". Tenés que ser muy mala leche para ponerle así a tu hijo, se supone que lo querés aunque sea un poco.
Yo le voy a poner María y Juan. Bien normalitos y sin gastos en psicólogo por traumas infantiles varios.

lunes, 7 de febrero de 2011

Paraguas 1, Celeste 0

Odio los paraguas con todo mi corazón. Es un sentimiento que sale desde lo más profundo de mí ser. No nos llevamos bien, es un problema de piel. No me siento cómoda con ellos ni ellos conmigo.
Antes de usar un paraguas prefiero mojarme, a menos que unos zapatos corran riesgo de vida.
Me ha pasado de ir caminando con el bendito artefacto del demonio y que se me de vuelta por el viento en plena calle. Eso me da ira. Pecado capital que me lleva directo al infierno. Me paso hace poco yendo a bonsái. Cuando voy a bonsái tengo (literalmente) cartera, bolsa de herramientas, campera/ saco, bolsa con tupers. A todo eso había que sumarle el paraguas cosa que no se coordinar y nunca me va a salir. Llevar el paraguas hace que pierda una mano, absolutamente necesaria para cargar las 45 cosas restantes.
La lluvia se largó mientras estaba en el Bondi. Me bajo, me acobacho debajo de un techito, me acomodo yo y mis 45 bártulos, abro el artefacto del demonio, hago dos pasos, dos malditos pasos y el paraguas se me vuela. Llovía a cántaros, pero no me iba a ganar. Lo cerré y me mojé hasta las tetas, pero llegue temprano.
Volví a casa indignada, culpándome por haber osado usar ese objeto que odio.
Lo arreglé para que no se salga con la suya. Después de todo era la primera vez que lo usaba, era nuevo, recién comprado.
Quise usarlo una vez más. Falló, por lo tanto lo tire en el primer tacho de basura que vi en la cuadra y fui nuevamente feliz.
El otro día vi en una vidriera unos paraguas nuevos que son “antiviento”, de vista parecen normales, nose cuál es la diferencia funcional. Seguro se te da vuelta igual y te fajan cuando los comprás.
¿Soluciones? Capucha. No falla.
Otra solución es no salir los días de lluvia, eso sería genial si no tuviera que cumplir obligaciones o ir a bonsái. Amigas y novio saben que si llueve estoy muerta. Sea cual sea el plan, si llueve para mi se cancela. No hay vuelta que darle ni solución posible. Si llueve no me llames.

viernes, 4 de febrero de 2011

La bella durmiente

Tener mucho mucho sueño y quedarse dormido en varios lugares sin poder mantener los ojos abiertos por más de dos segundos es horrible.
Una de las situaciones típicas se da en los colectivos. Estás dormido y te despertás todo sobresaltado y hasta casi con baba en la comisura de los labios sin saber donde estás. Una vez que mirás bien y te das cuenta de que faltan pocas cuadras para bajarte intentás hacer que tus ojos se queden abiertos, pero cada pestañeo es un viaje de ida. Cada vez pestañas más largo, hasta que te encontrás durmiendo de nuevo.
La sensación es fea porque por más que quieras los párpados no responden y no hay manera de que te acomodes y sientes derecho porque te dormís igual.
Ante esas situaciones lo mejor es intentar sentarte derecho, abrir la ventana y rogarle al chofer que le ponga nitro al Bondi para llegar lo antes posible.
Lo peor es cuando llegás a destino, el sueño desaparece como por arte de magia, ¿con qué necesidad? Ya estaba lista para dormir la siesta de mi vida y de un segundo para el otro el sueño se va.
Suponiendo que el sueño permanece, lo más lindo de llegar y tirarse cual bolsa de papas sobre la cama es sentir las sábanas que te tapan, estirar bien bien todas las extremidades hasta que sientas que te llegan los calambres, relajarte y entregarte al sueño.
Una de las cosas que extraño de mis épocas de colegio, es llegar a casa y dormirme una buena siesta con pijama y todo.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Justicia por mano propia

Muchas veces pasa que nos cansamos de que las injusticias pasen por al lado nuestro y nadie haga nada. Es ahí cuando aparece alguien que se pudre de ser “cagado” y toma alguna medida extrema o acciona en consecuencia.
Hoy nos pasó que esperamos casi 5 minutos en el peaje. La ley dice que a los 3 minutos te tienen que abrir la barrera. La gente ya estaba loca con la bocina, pero todos llegaban a la cabina y pagaban como si nada.
Nosotros llegamos a la cabina y mi hermano (desde ahora el Perro) le dice gentilmente al cajero: “hola, estamos esperando desde hace 4 minutos y medio”, el chico de la cabina responde no tan gentilmente: “son $6,70”. El Perro vuelve a insistir, el cajero da la misma respuesta. Eso pasó 4 veces. A la quinta, el Perro le dice: “¿no me vas a abrir la barrera?”, el cajero da la misma respuesta. El perro pone primera y pasa la barrera como loco malo. Obviamente papá se puso como loco y lo cagó un poco a pedos, pero en el fondo sabía que no estaba del todo mal. El Perro justiciero dije yo.
Otro caso es el del comerciante que mató al chorro. Los chorros entran a tu local, te roban todo y por las dudas te matan, sin pensarlo, no les importa nada. Hasta que se cruzan con un tipo que está mucho más loco que ellos y que está cansado de que lo roben. El problema es que le pobre tipo que mato en el forcejeo al chorro ahora está preso y tiene el local clausurado, mientras los delincuentes que matan a la gente por $100 siguen caminando por la calle como si nada hubiera pasado.
Mi caso preferido es el de Barreda. Lo banco a muerte. El pobre flaco se bancó por años que la mujer, las hijas y la suegra lo trataran como mucama y lo llamaran Conchita (apodo creativo debemos admitir). Las 4 minas lo volvieron loco, lo trastornaron literalmente. Llegó el punto en el que el tipo estaba más loco que las 4 minas juntas y las hizo boleta a todas. Que podría haberse ido, estamos de acuerdo, pero por algo no lo hizo. Se comió la condena en la cárcel, pero erradicó su problema de raíz.
Si todo funcionara bien nadie tendría la necesidad de tener que trastornarse y hacer justicia por mano propia. ¿Soluciones? Conchita presidente. jajaja

martes, 1 de febrero de 2011

Círculo vicioso

Las mujeres somos detallistas, por no decir enfermas de verle defectos a la gente y sobre todo a las mujeres que son posibles competidoras. Vemos cosas que los hombres no verían jamás en sus vidas.
Por ejemplo el otro día fuimos a comer afuera con Cris, mi hermano y su novia. Lo primero que le vimos a la camarera, y lo mencionamos las dos al mismo tiempo, fueron los bigotes, tremendos bigotes. Lo mismo pasó con el instructor de una de las excursiones y sus piernas depiladas. Bom-bom, pero con piernas depiladas.
Vemos defectos, malas combinaciones, piernas chuecas, ojos bizcos, pelo pajoso, pintura de uñas saltada y rimel corrido, entre otros. Sin embargo, ¿qué dirán de nosotras? Nunca me puse a pensarlo y soy feliz sin hacerlo jajaja
Es obvio que mientras nosotras le vemos algo a la pobre mina que se nos sentó al lado en el bondi, hay otra que piensa algo de nosotras y busca en cada centímetro un defecto que la reconforta y la hace sentir que no es la única que tiene celulitis, por citar un ejemplo común. Necesitamos de ese defecto para sentirnos un poco mejor y darnos cuenta que la mina de al lado también tiene algún pelo de más, alguna cicatriz que debe odiar y cosas por el estilo. Es un círculo vicioso. Es como el signito de reciclado, siempre vuelve a empezar.