viernes, 29 de octubre de 2010

Blancas Palomitas

Las mujeres somos masoquistas.
No hay necesidad de meternos en el Facebook de ese chico cada 5 minutos. No habló nunca de nosotras, no nos dedicó ningún tema, su nick no es para nosotras, no puso “tengo una relación con” y no lo va a hacer ni en los próximos 5 minutos ni en 2 horas. ¿Por qué?. Respuesta simple y obvia, porque es hombre.
Nosotras sí somos más imbéciles que las palomas. Nosotras si dedicamos temas, ponemos nicks para ellos (súper disimulados) y admitimos tener relaciones que no empezaron. ¿Por qué?. Respuesta simple y obvia, porque somos mujeres.
Los hombres son más simples que el sexo opuesto, son realmente básicos. Si quieren hacer algo lo hacen y punto. Nosotras no, siempre necesitamos rebuscar un poco las cosas, para no perder la costumbre. Nuestras ancestras lo vienen haciendo desde el principio de la eternidad, ¿por qué no lo vamos a hacer ahora?
Si bien los hombres son básicos como las milanesas con puré, son a su vez, hijos del rigor.
Te tienen con la correa bien cortita, comiendo de su mano, pero cuando decidís cortarla y abrirle paso a otras migajas, se dan cuenta de que te necesitan. Es en ese preciso momento cuando empiezan a hablarte, llamarte, dedicarte nicks y a hacerte escenitas de celos que no tienen lugar.
Todos los hombres, absolutamente todos, vuelven con la cola entre las patas tarde o temprano. El problema no es ese. El problema a erradicar es que nosotras, imbéciles cual palomas, caemos en la trampa. Es un círculo vicioso sin fin y sin retorno.
Creemos que esta vez si va a cambiar, que si nos va a dedicar tiempo, en fin, falsas promesas cantarían mis amigos de Tambó-Tambó.
Palomillas a volar y buscar otras migajas de las cuales alimentarnos. No todos los buenos hombres están ocupados y no todos los malos hombres nos arruinarán la vida.

jueves, 28 de octubre de 2010

Juliana Supermercado

El supermercado es un mundo paralelo el cual adoro. Ir de compras al súper, para mi, es un programón. Llevar el changuito, agarrar cosas sin que tu madre te vea, que las saque cuando se da cuenta, probarte 50 desodorantes, etc.
Recuerdo de niña tener una cajita registradora de juguete y agarrarle las latas a mamá para ser La Cajera. Va con mayúscula porque era el sueño.
Odio la gente que le deja a su niñito comer todo lo que se le ocurre y después deja los paquetes abiertos por la mitad en las góndolas para no pagarlo.
La baguette dentro del súper es lo más. Siempre agarras un pan, lo pones al costado y vas picoteando. Más de una vez hemos llegado a la caja con la bolsita vacía.
Las tramoyas de algunos para pagar menos son buenísimas. Uno de los chicos contó que un amigo ató 4 salamines (por lo general vienen atados de a dos) y la cajera los pasó normalmente. Mi compañero repitió la acción y no le salió.
Otro se llevó, una vez sin querer y la otra con plena conciencia, un pack de leches que puso en la parte inferior del carrito. Se olvidó que lo llevaba y pasó nomás.
Algunos cambian los precios, otros las etiquetas y otros son mecheros.
Ser mechero es un arte, tendría que haber una carrera universitaria. Todavía no entiendo como una señora en pollera puede llevar bajo su falda varias latas de durazno y caminar como si nada. En un súper cerca de casa el cajero le contaba a mamá esta situación. Un cepillo de dientes, vaya y pase, pero varias latas de durazno, otra que miembro del Cirqué Du Soleil.
El papá de una amiga, muy enojado con un supermercado porque le habían cobrado de más por un producto, volvió y se llevó algo sin pagar escondiéndolo entre su ropa. Sin aceptar que había actuado mal, se justificó diciendo que ese supermercado le debía, por lo tanto estaba bien haberlo hecho.
Siguiendo con su ejemplo, a mi me “regalaron” un par de guantes por ser buena compradora. Estaban tirados, sin etiqueta y nunca encontré el precio, eran muestra gratis creo.
Otra de las cosas que amo del supermercado son las muestras gratis. Una salchichita, un vasito de agua, un pedacito de queso, un paquetito de jabón en polvo. Cada vez que hay algo de eso paso haciéndome la “no lo había visto” para que me inviten a probar.

martes, 26 de octubre de 2010

Vestuario a la carta

Las mujeres necesitamos consejos y aprobaciones para determinados momentos. Uno de los más clásicos es el vestuario. Para llegar a obtener ese tan esperado asesoramiento, somos capaces de hasta sacarnos auto fotos vestidas frente al espejo para mandarlas por mail. Nos pasó hoy y casi muero cuando vi la foto de una amiga con una carita de panda dibujada sobre su rostro para ocultarse. No solo se tomó el trabajo de ponerle algo sobre su cara, sino que también se puso un zapato diferente en cada pie. Increíble.
Esta foto fue enviada por mail a España para que su consejera de modas la asesore. También nos llegó a una de las chicas y a mí por msn para que opinemos, luego de haberlo consultado con sus dos hermanas y andá a saber con quién más. Lo peor de todo es que ella ya había elegido la ropa pero quería saber si su vestuario era el elegido a través de este censo virtual. Vale aclarar que el vestuario en cuestión era para un casamiento, no es que nos hace esto todos los días.
El atuendo de una dama es algo más complicado que desactivar una bomba atómica. Tiene que estar todo (hasta los calzones) combinado. Debemos definir los accesorios, cartera, peinado, zapatos, posible saquito y demás.
Algo que me pasa, no a diario pero si cada tanto, es que una vez que estoy lista para salir, me miro al espejo y me veo tan pero tan mal que necesito (y esto si es una necesidad primaria en la pirámide de Maslow) cambiarme. El proceso incluye el cambio de cartera si fuera o fuese necesario.
Algunos parámetros que siempre se tienen en cuenta a la hora de elegir el vestuario indicado son:
1)Depilación: Es fundamental adaptarse al momento que estamos atravesando pelúdicamente hablando.
2)Citas: La ropa interior en las citas es indispensable. Sin ir más lejos, el otro día presencie en el cine una primera cita entre dos personas y la chica tenía una tanga roja increíble. Estaba absolutamente preparada.
3)Almuerzos/ cenas grupales: Estos pequeños eventos siempre son para comer y reír hasta morir. Es necesario estar preparadas con una remera holgada y un pantalón elastizado para no tener que desabrochar el primer botón.
4)Clima: Las medias estaciones son todo un tema y más con la gente el pronóstico que no le pega desde hace años. Pienso que va a hacer calor y salgo desabrigada y viceversa.

Algo que recuerdo y lo he escuchado de varias bocas ancianas y de una amiga medio obsesiva es que siempre pero siempre tenés que salir con medias y bombachas sanas por las dudas de que te pase algo en la calle y te tengan que llevar al hospital. Claramente me va a importar muy poco si mis medias tienen agujero si tengo una fractura expuesta después de haber chocado con un camión en la panamericana en hora pico.

lunes, 25 de octubre de 2010

Y vivieron felices para siempre

El matrimonio es algo que, pese a estar un poco lejos aún, a todos nos llega.
El almuerzo de hoy trajo consigo ciertos consejos.
Uno de los chicos sostenía que hay que calcular la edad con la que te vas a casar para que puedas hacerlo 3 ó 4 veces en la vida.
Si bien te puede traer un poco de aire y tiempo para uno mismo, también trae aparejado divorcios, hijos en común, mudanzas, etc. Es más fácil casarse una vez y dejarse de hinchar. Más por comodidad que por otra cosa.
También decía que hay que tener 3 casas, una para vivir solo, otra para vivir con tu pareja y los chicos y otra para tu pareja. Complicado, imaginate tener que barrer y lavar los platos de 3 casas. Está clarísimo que si tenés 3 casas, tenés la plata para tener 6 chicas que limpian.
Hay otras parejas que se casan pero viven separadas. Se visitan a menudo y conviven los fines de semana y cuando llega la hora: Taza, taza, cada cual para su casa.
Hay otras que viven juntas pero duermen en habitaciones diferentes. Afirman que les va muy bien. Cada uno tiene su espacio, sus cosas, no comparte sábanas, olores, manías. Es válido. Creo que si tengo que elegir alguna me quedo con ésta opción.
Cada uno brinda su receta, sus secretos y vivencias, pero tenemos que experimentar nosotros mismos para saber qué es lo que queremos.
Casamiento, prefiero esperar un poco más

viernes, 22 de octubre de 2010

Al pan, pan y al vino, vino

Ayer fuimos con la gente de la agencia a un bar en San Isidro donde festejamos el cumple de una de las chicas.
Había happy hour hasta las 23. Algo extraño es que las camareras y camareros no entendían muy bien de qué se trataba eso del 2x1 y se mezclaban todo. Uno de los chicos pide un 2x1 y la camarera, desorientada, le contesta: ¿un H2? El pensó que era una marca de vodka, hasta que entendió que H2 significaba 2x1.
¿Qué necesidad hay de ponerle nuevos nombres a palabras o conceptos ya inventados y aceptados por la comunidad?
Esas cosas pasan también en los restaurantes con delirio de grandeza, donde llaman ensalada de finas hierbas a una ensalada de lechuga, rúcula y radicheta. ¿Desde cuándo la radicheta es una fina hierba?
Esas cosas se hacen para subirle el nivel a algo básico. La torta de manzanas va a seguir siendo torta de manzanas por más que quieran llamarlo Crumble.

jueves, 21 de octubre de 2010

Odiseas femeninas cotidianas

Ir al baño en un lugar público, para una mujer es más que una odisea en el espacio.
El cubículo es de un metro por un metro y por lo general tenemos cartera, bolsa, campera, saco, saquito, paraguas y alguna cosita que nos compramos en el camino. Obviamente todo eso no cabe en el percherito, por lo tanto terminás colgándote todo del cuello mientras intentás respirar.
Una vez que lograste acomodarte, pasas a la fase dos: NO tocar bajo ningún punto de vista la tabla. Terminamos haciendo una parabólica humana cual gimnasta rusa. Sumado a eso tenés 50 minas haciendo la cola o tu novio esperándote en la puerta, el cual te manda mensajito rogando te apures.
Una vez que terminás el asunto, te subís el pantalón, te desahorcás, abrís la puerta y salís como Valeria Mazza a la pasarela.
En los probadores de ropa pasa exactamente lo mismo, solo que no corrés el riesgo de agarrarte la infección urinaria de tu vida.
Entrás con cartera, compras de otros locales, campera, saco, saquito y 30 prendas que probarte. Apoyás todo como podes (en este caso no hay riesgo de apoyar las cosas en el piso) y cerrás la cortinita. Esa cortinita que te tapa solo los muslos, por lo que tenés que ir si o si depilada o con medias de fútbol. De más está decir que siempre cierra mal así que mientras te abrochás el pantalón con una mano, agarrás las telas con la otra.
Si es verano terminás más transpirada que un beduino y si es invierno, también. De las 30 prendas te gustó o quedó solo una, asíque la operación re repite por lo menos una vez más.
Baños y probadores, un mundo paralelo que los hombres desconocen.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Compras Express

Ayer fuimos con Cris al Unicenter a ver una peli. Luego del espectáculo fuimos a comprar una remera para el porque “no tiene ropa”. Entramos al local, pidió el talle, eligió 3 modelos, se los probó, pagamos 2 y nos fuimos. Tardamos 10 minutos desde que entramos hasta que salimos. Fue más rápido que sacar plata del cajero un domingo al mediodía.
Para los hombres, o algunos de ellos por lo menos, comprarse ropa no es más que un trámite. Cosa que envidio, y no sanamente, en muchas ocasiones.
Mi rutina de compra consiste en recorrer todos los locales que son opción y luego elegir lo que quiero, volver al local (que por lo general es el primero) y llevarlo. Es algo engorroso pero evito comprar algo y luego pasar por el local contiguo y ver lo mismo 50% más barato. Me ha pasado cientos de veces hasta que escarmenté.
Por lo general nunca encuentro de esas ofertas mágicas ni precios increíbles de los que las personas normales disfrutan a diario.
Igualmente lo peor de lo peor es pedir un normal talle 42 y que la vendedora te mire con cara de “obesa dejá los postres” y te diga: “talle 40 es el más grande que se fabrica”, el más grande que se fabrica, no me mientas en la cara. Me paso una vez y la vendedora era talle 50, por favor.
Eso llena de ira a cualquier mujer y hace que muchas otras se enfermen.
Ser mujer e intentar vestirse es una odisea.

martes, 19 de octubre de 2010

Sobre gustos hay algo escrito

El sábado, mientras me clavaba un cuartito de helado junto a mi colega, empecé a formular una teoría que de a poco se va confirmando.
La hipótesis se basa en que los gustos de helado que una persona elige definen los rasgos de su personalidad.
Cada gusto tiene un trasfondo psicológico muy complejo y es mi meta descifrarlos.
Muchas veces la primera cita incluye un helado. Es una buena forma de saber si va a haber un segundo encuentro o hay que salir corriendo antes de pagar el cucurucho.

Empezando con el análisis puedo afirmar que las personas que eligen menta granizada son metiches. La menta granizada por naturaleza contamina todos los demás gustos aunque no los toque. Los usuarios de este gusto son esas personas que siempre se meten en las cosas de los demás.
Los fanáticos del sambayon son personas prejuiciosas.
Los que piden crema del cielo, si crema del cielo, tienen algún trauma que arrastran de la infancia. ¿No se dieron cuenta de que es crema americana con colorante celeste?
Los que piden dulce de leche granizado son personas clásicas pero innovadoras. Necesitan darle una vuelta de rosca a las cosas aplicando su toque personal.
El banana split es un gusto que connota alguna insatisfacción y me atrevo a decir que hasta algún rasgo homosexual (ojo que no se mal interprete, estoy a favor de que cada uno tenga la sexualidad que más le guste o convenga).
Los gustos frutales al agua son un dilema. Están los que los defienden, los que los defenestran y los que los comen según la temporada. Sin embargo que alguien pida melón, manzana o limón significa que te tenés que alejar, sea temporada o no. Son personas falsas, tal como el gusto.
Las personas que piden gustos mousse son rebuscadas. No comen ni de crema ni de agua, comen mousse, es como el sexto sentido, existe pero no se divulga.
-Súper dulce de leche: Romántico empedernido. Ya empalaga para mi gusto. Mujeres agarren a estos hombres como puedan. En este caso aceptemos una segunda cita.
-Mascarpone: Son rencorosos y vengativos.
-Chocolate con pasas al Rhum: Pertenecen a alguna secta.
-Chocolate blanco: Nazi. El chocolate es negro te guste o no.
-Gustos de marcas, tales como Bananita Dolca, Havanna, Chocotorta: Personas que siguen la moda pase lo que pase. Son los típicos snobs.
-Crema americana: Infiel. Algo esconde por eso pide un gusto que no es ni uno ni otro, ni chocolate ni vainilla. Miente y se miente así mismo.
-Helados Light: Definitivamente no catalogan como helados, tal como sus compradores no son catalogados como personas dignas de pisar una heladería. El helado NO es light y NO queremos que lo sea.

Se viene el verano y el helado es el permitido en cualquier dieta. Mis gustos: Dulce de leche granizado, frutilla al agua (solo en verano), Mascarpone y Chocolate amargo. Conclusiones, a la vista.

Espero comentarios y más gustos.

lunes, 18 de octubre de 2010

Nadie se atreva a tocar a mi vieja

Los regalos del día de la madre son algo que me estresa. Un mes antes lo tengo a mi padre limándome la cabeza con: “¿qué le vamos a regalar a mami?” o “miren que es su mamá no la mía”. Amenazas que me entran por un oído y me salen por el otro.
Luego de 23 días de la madre y con una progenitora que no te tira ni una pista, hacer un regalo es imposible. Según ella no le falta nada, no necesita nada. Vamos, siempre algún par de zapatos necesitas.
Al final compramos: un par de chatitas divinas (las compré mientras me compraba un par para mi), un par de esos suecos de goma espantosos, una cafetera que quería, una caja de trufas y un vale por un celular. La caja de trufas se liquidó en el momento, era para la familia jajaja.
De los regalos de las abuelas, nosotros como hijos, zafamos porque al no ser nuestras madres, ponemos la misma amenaza que papá: “es tu mamá, no la nuestra”.
¿Festejaré algún día el día de la madre?. Creo que estoy un poquitito más cerca, mi sobrino 0 km. me ama.


Un dato muy curioso es que el día de la madre es una fecha en la cual se apresan a muchos delincuentes prófugos cuando estos van a visitar a sus madres en su día. La madre para los presos es intocable.

viernes, 15 de octubre de 2010

Dios bendiga a la tecnología

El almuerzo de hoy fue algo tecnológico. Hablamos sobre las primeras computadoras, los primeros juegos, el Family, el Sega. Uno de los chicos nos contaba cómo hacía para diseñar sin el ilustrator, era absolutamente artesanal. Cortaban y pegaban literalmente los diferentes elementos que componían un aviso.
Recuerdo en el colegio haber tenido clases y clases haciendo formas y dibujos con la tortuguita. Me acuerdo que mi compañero de equipo, Mariano Bak, se impacientaba con mis erradas indicaciones. Teníamos que hacer un triángulo y terminábamos haciendo una víbora con parkinson.
Un juego que también recuerdo era el Carmen San Diego. Buenísimo. Tenías que descubrir al asesino y seguirlo por diferentes países y lugares. Ese también lo jugaba en el colegio cuando la profesora te recompensaba por tu ardua labor con la tortuga.
Actualmente juego al Family, lo conecto al proyector y la pantalla gigante. Se la banca muy bien.
Uno de los chicos afirmó que si no existiera la computadora se dedicaría a otra cosa. Nos hacemos dependientes a los instrumentos de los que renegamos diariamente. Un día sin Internet y casi nos vamos a casa porque no podemos trabajar.

jueves, 14 de octubre de 2010

Anastacia Cocomelo

Hace un tiempito encontramos en Facebook a un personaje muy particular, Anastasia Cocomelo.
Es una chica que no tiene pudor alguno. Se disfraza, se saca fotos y claramente no se hizo depilación definitiva.
No pude tener esa imagen solo en mi retina asíque tuve la necesidad de compartirlo con amigas y otra gente. Lo peor de todo es que en sus fotos etiquetaba gente y ese pobre desgraciado tenia en su muro a esta delicada palomita. No pude aguantar el impulso se mandarle solicitud de amistad, la cual aceptó pasados 2 minutos contados por reloj. Su cantidad de amigos se duplicaba minuto a minuto, era increíble. Obviamente a los dos días su Facebook estaba borrado del ciberespacio.
Debería ir al programa de Anabela Ascar (la Susana de lo bizarro) y se haría súper famosa.
Lejos de deleitarme con sus fotos, siento admiración por su falta de pudor, vergüenza, prejuicios y demás.
Si todos nos animaramos un poquito a esas cosas fuera de lo común (hacer un curso de Bonsai creo que cataloga) seríamos más felices y no necesitaríamos tantos psicólogos.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Salieron de entre los escombros

Lo de los mineros es algo de película. No va a faltar la mente iluminada que produzca un film sobre la tragedia.
33 hombres encerrados por dos meses a casi 800 metros de profundidad. Sin ropa, luz, aire puro, comida, un baño decente. Intentando no volverse locos en el intento por sobrevivir.
Dentro de la mina se debe haber formado una comunidad paralela, donde esas 33 personas se encontraron al mismo tiempo con la generosidad de algunos y las miserias de otros.
Los primeros días deben haber sido terribles, sin saber si los iban a encontrar y pensando que llegaron al refugio de milagro. Una vez que los hallaron se deben haber llenado de ansiedad, pesando y esperando el momento del rescate. Mientras tanto, en la superficie, se toparon con varios imprevistos y con momento de incertidumbre, no tenían idea de cómo ni por dónde empezar
Muchos países se solidarizaron con la causa, la NASA les brindó técnicas, instrumentos, ideas y así y todo tardaron dos meses en llegar a ellos.
Ya pasaron más de 12 horas desde que sacaron al primer minero y quedan unos 15 todavía esperando ver la luz cual Victor Sueiro.
El último en salir sin dudas va a ser el que tiene las dos mujeres esperándolo. Creo que prefiere quedarse a cuidar la mina antes de encontrarse, paradójicamente, con dos minas y sus palos de amasar.
Una tragedia que por ahora tiene final feliz y nos deja 33 candidatos para charlas motivacionales.

martes, 12 de octubre de 2010

Todo al negro

Me da mucha bronca cuando tenés algo planeado y se pincha o cuando le pusiste todas las fichas y no sale.
Me pasó en un trabajo. Me llamaron para la primera entrevista. Llegué a casa y me había gastado el sueldo de todo el año pensando en qué me iba a comprar. No me llamaron nunca más y obviamente no me compré nada.
Pasa lo mismo en las relaciones. Apostás todo a ese caballito y en una de esas se te tropieza y te quedas sin el caballo y sin la apuesta. Es duro volver a juntar las fichas.
Son las reglas del juego. Hay un dicho muy sabio que dice: “El que no arriesga no gana”, pero tampoco pierde, ese es un agregado.
Soy de esas personas que ponen todas las fichas en la mesa. No me guardo nada por las dudas. He ganado muchas veces, pero también me he quedado sin nada. No me arrepiento, porque hice lo que me pareció en ese momento.

jueves, 7 de octubre de 2010

Cumbia dile

Hoy recibí un mail de una amiga que decía (y copio textual): “Hola gorda! Cómo andas? Resulta que estoy armando la fiesta de egresados y necesito cumbia vieja y, como se q es tu especialidad, te quería manguear algún cd que tengas con un mix de cumbianchas”.
Un pedido concreto y simple que me hizo reír mucho. Podría haberse metido en el Ares o cualquier otro sitio de música, pero no, acudió a la biblioteca cumbiera viviente.
Está a la vista que no tengo mucha cultura musical (comparado con una persona tipo), no porque no tenga las posibilidades de escuchar otra cosa, sino porque no me llama la atención una Lady Gaga o un Oasis. En la agencia no me dan mucho la batuta para elegir porque saben que es lo que voy a poner. Eso me obliga a conocer otras opciones que, si bien me entretienen y canto, no voy a escuchar por placer en la ducha.
Día a día se sorprenden de mi amplio repertorio cumbiero, no pueden creer que me sepa las canciones más insólitas y desconocidas.
Mis grupos de cabecera: Aventura, Los Palmeras y la incomparable Dalila.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Un permitido

Estoy a dieta. O mejor dicho ¿estoy a dieta?.
Hay días que es imposible mantenerte a kiwis y lechuga. Hoy fue uno de ellos. Tengo la necesidad de algo dulce que no sea manzana. Si bien mi corazón me pide un kilo de chocolate, mi cerebro es más fuerte y me ayudó a respetar la dieta. Convengamos que después del fin de semana (el cual incluyó: 1 cuartito de helado, una caja de bombones, Doritos, Cheetos, un tamal y una empanada tucumana de la feria de las colectividades, entre otros), no me puedo hacer mucho la loca.
El verano me está sorprendido y, a pesar de mi estrictísima dieta, los pantalones ya no suplican por aire.
Me espera en casa un chocolate Milka relleno con mousse, una bomba atómica digna de ser detonada, pero prometo serle fiel al kiwi y guardar tan solo un cuarto de ese chocolate como permitido para el domingo.
Veremos que nos tira la balanza en la semana.

martes, 5 de octubre de 2010

Piedra, papel o tijera

Muchas veces cortar por lo sano es lo que necesitamos y hasta ansiamos en silencio. Es algo tan simple, y tan complicado a la vez, como decirle basta a las cosas que nos hacen mal o no nos dejan avanzar.
En el momento en que cortás esos hilos, te liberás y podes enfocarte a proyectos nuevos o a buscar un nuevo rumbo.
Pero ¿cómo nos damos cuenta de que necesitamos agarrar la tijera?. Creo que es cuando te levantás una mañana y no tenés ganas de ir a trabajar, cuando no querés ver a una persona, cuando preferís hacer cualquier cosa menos “eso”.
Si bien necesitamos liberarnos, llegar a tomar la decisión no es fácil. Ese es el error. Tenemos que hacer más lo que sentimos y menos lo que pensamos. En cuanto empezamos a pensar es cuando nos equivocamos y terminamos haciendo las cosas que no nos hacen felices. Sin embargo, y acá entramos en discusión, es muy difícil usar el corazón cuando necesitás el sueldo de ese trabajo para pagar las cuentas.
Lo que hay que intentar es hacer que esas cosas no se conviertan en tediosas o por lo menos hacerlas lo más llevadero posible hasta que se puedan cortar.

lunes, 4 de octubre de 2010

Una antena en mi cara

Hoy cuando me levanté, me miré al espejo y descubrí que me salió una antena parabólica en el cachete, más comúnmente llamado “Grano”.
En el almuerzo mientras recibía los 123 canales de Direc TV con solo apuntar mi cara al sur, me acordé de una bestiada que hice en mi época de adolescente. Tendría unos 15 años y me había salido un hijo más que un grano. Mi madre, siempre sabia, me dijo que le haga tópicos con agua tibia así se bajaba la inflamación. Puse el agua a calentar y me pasé el algodoncito sobre la zona afectada. Lo que no calculé es que el agua estaba hirviendo y que no me tenía que frotar cual perro sarnoso. Hete aquí que me quedó un cráter sin piel en lugar de una pera. Lo peor es que al otro día tenía que ir al colegio. Dije que me quemé con vapor, con la plancha y varias mentiras del estilo con tal de no asumir mi estupidez.
Recuerdo también que una de las chicas se sacó con cera media ceja. No había necesidad de depilarse las cejas con cera sin ayuda, pero así y todo, la adolescente que todo lo puede, lo hizo y se quedó como Leo García.
Recuerdo también una compañera de colegio que se planchó el pelo cuando todavía estaba mojado. Es la ley número uno de la peluquería “no te plancharás el pelo mojado”. Quedó, merecidamente, como el espantapájaros del Mago de Oz.

Conclusión: el adolescente no va a pedir ayuda aunque su vida corra riesgo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Con nombre y apellido

Cuando recibimos a nuestra perra Dona, ponerle el nombre fue un dilema familiar. Mi hermanito más chico insistía en ponerle “Estrellita”, “Lucy”, “Princesa”. Mamá aplicó su autoritarismo materno y por suerte le puso Dona.
Nuestra nueva adquisición canina se llama “Estufa”.
El perro de uno de los chicos de la agencia, un Caniche Toy, se llama Cartucho, espectacular y contradictorio a la vez. Creo que no hay perro más maricón que un caniche toy.
Tiramos sobre la mesa varios nombres, entre ellos: Mampara, 24, Pompón, Ovidio, Cristina, Marcela, Lucía, Berugo, Patán, Nafta Súper, Antonio, García.
Imagínense a un hombre de 40 años bien corpulento y macho llamando en la plaza a su perro Pompón. Y todo por la culpa de sus hijos que no quisieron ponerle un nombre más decente al pobre animal.
En mi casa ya tenemos el nombre para nuestra próxima mascota (el cual hubiéramos usado si Estufa hubiera sido macho): Churrasco