martes, 21 de septiembre de 2010

El mundo del juguete

Para mi cumpleaños del año pasado Pato, mi amiga, me regaló la muñeca que más ame en mi infancia, la Zig-Zag. Aparentemente al crecer mi madre hizo justicia por mano propia y la tiró, regaló, donó o quemó (hecho que hoy día es reclamado). Pato tiene su muñeca original, la cual yo le pedía cada vez que iba a su casa sin lograr mi objetivo. Pensé robársela, pero se iba a dar cuenta de que era yo. Cuando me la regaló morí de amor, me la compró por Internet nueva. Increíble.
Los juguetes que más quise fueron esa muñeca, mi amado Family (que me fue obsequiado nuevamente en la pasada navidad) y un espejito con cajoncitos y un pianito musical, que mi madre también desapareció.
Cuando juego al Family sentada en el piso me siento de nuevo en los 7 años. El Mario es mi preferido aunque pierda todas las vidas en el nivel del agua.

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