miércoles, 20 de octubre de 2010

Compras Express

Ayer fuimos con Cris al Unicenter a ver una peli. Luego del espectáculo fuimos a comprar una remera para el porque “no tiene ropa”. Entramos al local, pidió el talle, eligió 3 modelos, se los probó, pagamos 2 y nos fuimos. Tardamos 10 minutos desde que entramos hasta que salimos. Fue más rápido que sacar plata del cajero un domingo al mediodía.
Para los hombres, o algunos de ellos por lo menos, comprarse ropa no es más que un trámite. Cosa que envidio, y no sanamente, en muchas ocasiones.
Mi rutina de compra consiste en recorrer todos los locales que son opción y luego elegir lo que quiero, volver al local (que por lo general es el primero) y llevarlo. Es algo engorroso pero evito comprar algo y luego pasar por el local contiguo y ver lo mismo 50% más barato. Me ha pasado cientos de veces hasta que escarmenté.
Por lo general nunca encuentro de esas ofertas mágicas ni precios increíbles de los que las personas normales disfrutan a diario.
Igualmente lo peor de lo peor es pedir un normal talle 42 y que la vendedora te mire con cara de “obesa dejá los postres” y te diga: “talle 40 es el más grande que se fabrica”, el más grande que se fabrica, no me mientas en la cara. Me paso una vez y la vendedora era talle 50, por favor.
Eso llena de ira a cualquier mujer y hace que muchas otras se enfermen.
Ser mujer e intentar vestirse es una odisea.

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