lunes, 9 de agosto de 2010

El colectivo, inventos maravillosos si los hay.

Viajar en colectivo me hace pensar. Me subo, saco mi boleto de $2 y me siento lo más atrás que puedo para no tener que dar el asiento. Abrazo la cartera y miro por la ventana. Veo los autos que pasan, la cara de la gente que viaja, las nubes que cambian de forma. Es en ese momento cuando pienso qué cosa interesante me puede llegar a pasar hoy. La rutina es algo que me aburre, me aplasta, pero a veces es lo único que tengo. Cuando me aplasto de estar aburrida es cuando se me prende la lamparita y de esos momentos salen ideas muy buenas y otras imposibles.
Mi duda de hoy es por qué no hacemos todo eso que pensamos o imaginamos. No somos tan improvisados o atrevidos (palabra que odio pero que en este caso aplica) como nos gustaría ser o decimos que somos. Una de las cosas que nunca me animé a hacer es poner ese programa de radio en el que siempre pienso. No es un riesgo grande ni tampoco sería catastrófico si nadie me escucha, pero así y todo me da cosita hacerlo.
Tendríamos que hacer una lista con las cosas que nos gustarían hacer y ejecutar las que más a flor de piel tenemos.
Mi primer cosa a tachar sería darle forma a ese programa medio rengo.
Lápiz en mano nomás.

2 comentarios:

  1. El asiento de atrás del colectivo es el lugar ideal para soñar despierto.

    Mil veces arreglé el mundo a bordo del 60 que me llevaba desde mi depto en Congreso hasta Martínez... y mil y una veces no llevé a la práctica lo que pensé hacer.

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  2. Gorda! Por fin puedo firmar!!! me encanta la pag!! El colectivo, invento maravilloso!!! es verdad.. igual q suerte q tenes q siempre encontras asiento!!! jajajaja Pero bueno es verdad q siempre elegis el asiento d mas atras con tal d no tener que darloo jajaaj pero bueno sino t haces la dormida y listo :p
    Besitooo
    RO

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