miércoles, 2 de febrero de 2011

Justicia por mano propia

Muchas veces pasa que nos cansamos de que las injusticias pasen por al lado nuestro y nadie haga nada. Es ahí cuando aparece alguien que se pudre de ser “cagado” y toma alguna medida extrema o acciona en consecuencia.
Hoy nos pasó que esperamos casi 5 minutos en el peaje. La ley dice que a los 3 minutos te tienen que abrir la barrera. La gente ya estaba loca con la bocina, pero todos llegaban a la cabina y pagaban como si nada.
Nosotros llegamos a la cabina y mi hermano (desde ahora el Perro) le dice gentilmente al cajero: “hola, estamos esperando desde hace 4 minutos y medio”, el chico de la cabina responde no tan gentilmente: “son $6,70”. El Perro vuelve a insistir, el cajero da la misma respuesta. Eso pasó 4 veces. A la quinta, el Perro le dice: “¿no me vas a abrir la barrera?”, el cajero da la misma respuesta. El perro pone primera y pasa la barrera como loco malo. Obviamente papá se puso como loco y lo cagó un poco a pedos, pero en el fondo sabía que no estaba del todo mal. El Perro justiciero dije yo.
Otro caso es el del comerciante que mató al chorro. Los chorros entran a tu local, te roban todo y por las dudas te matan, sin pensarlo, no les importa nada. Hasta que se cruzan con un tipo que está mucho más loco que ellos y que está cansado de que lo roben. El problema es que le pobre tipo que mato en el forcejeo al chorro ahora está preso y tiene el local clausurado, mientras los delincuentes que matan a la gente por $100 siguen caminando por la calle como si nada hubiera pasado.
Mi caso preferido es el de Barreda. Lo banco a muerte. El pobre flaco se bancó por años que la mujer, las hijas y la suegra lo trataran como mucama y lo llamaran Conchita (apodo creativo debemos admitir). Las 4 minas lo volvieron loco, lo trastornaron literalmente. Llegó el punto en el que el tipo estaba más loco que las 4 minas juntas y las hizo boleta a todas. Que podría haberse ido, estamos de acuerdo, pero por algo no lo hizo. Se comió la condena en la cárcel, pero erradicó su problema de raíz.
Si todo funcionara bien nadie tendría la necesidad de tener que trastornarse y hacer justicia por mano propia. ¿Soluciones? Conchita presidente. jajaja

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