Temas que surgen en mi cabeza en momentos impensados. Me generan preguntas que son contestadas día a día con una variedad de respuestas y opiniones que, al final de cada relato, me generan más dudas.
jueves, 24 de enero de 2013
Planta baja por favor
Viajar en ascensor es una situación incómoda. Y más si cuando te subis empieza a gritarte “sobrepeso, sobrepeso”. ¿Era necesario ponerle una voz desaforada al ascensor?, con una chicharrita suave alcanzaba.
¿de qué se habla en un viaje en ascensor? Tiene que ser lo suficientemente corto para poder cerrarlo antes de llegar a destino, pero lo suficientemente largo como para que ese viaje sea ameno y no te termines mirando con desconfianza las compras del de al lado. Nunca se sabe que puede llevar una persona en la bolsa del supermercado chino.
Sea lo que sea y pase lo que pase es incómodo. Un vecino cincuentón de una amiga, le dijo en el transcurso del piso 1 al 8: -“Soy Ricardo, vivo en el 5º. Cualquier cosita que necesites ya sabes dónde encontrarme”- Eso sonó más a oferta sexual a viudas desesperadas que a ayuda para arreglar el cuerito de la canilla. ¿Con qué cara lo mirás a Ricardo la próxima vez que te lo encuentres?, ¿se le guiña un ojo?.
Del ascensor me da pánico:
•Que se corte la luz y cuando vuelva haya “algo” (llámese fantasma, espíritu chocarrero, aparición maligna, virgen o stripper)
•Que se caiga
•Que la puerta me agarre la ropa y me arrastre
•Que se mueva demasiado
•Sentir algún olor que no pueda soportar hasta llegar a destino
No nací para viajar en ascensor, para mi planta baja por favor.
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